La motivación me inspira, pero no confío en ella.
La motivación me inspira, pero no confío en ella.
El último mes, mi trabajo como Coach ha tomado un rol diferente. Por un lado, mis días se han hecho mucho menos físicos, pues paso la mitad de mi día en Zoom, ya sea en llamadas individuales o grupales. Por otro lado, cada vez las llamadas tratan menos sobre el entrenamiento.
Y es que prescribir un programa de entrenamiento y plan nutricional es algo que cualquiera con un poco de educación al respecto puede hacer. En cambio, desarrollar empatía y encontrar la manera de motivar y mantener a una persona comprometida requiere de cualidades muy especiales que me resultan fascinantes.
Una de las frases más comunes entre las conversaciones recientes es “No siento la misma motivación de antes”.
Puedo darles un pep talk de 5-10mins., hasta con el soundtrack de Rocky de fondo… ¿Pero qué efecto duradero tiene eso?
Motivación - ¿ Intrínseca o Extrínseca ?
La motivación intrínseca surge desde la persona. Es cuando haces las cosas por el simple gusto de hacerlas, y la propia tarea es la recompensa.
Un ejemplo común es practicar algún hobby en tu tiempo libre.
La motivación extrínseca surge desde fuera. El comportamiento es motivado por el deseo de obtener algo deseado o evitar un resultado adverso.
Un ejemplo común es hacer ejercicio porque quieres perder peso.
¿Cuál es mejor?
En mi opinión, no hay respuesta correcta.
En un mundo ideal, todo lo que hacemos es por motivación propia y sin ninguna presión externa. Sin embargo, si fuera así de sencillo nunca saliéramos de nuestra zona de confort (y probablemente yo no fuera ni bachiller).
La motivación extrínseca puede ser beneficiosa en muchas situaciones, provocando interés por participar en algo en lo que nunca nos hubiéramos interesado, o adquiriendo nuevas habilidades e implementando nuevos hábitos que evolucionen de manera natural a una motivación interna.
Cuando yo empecé a entrenar de manera seria, mi motivación era en gran parte externa. Yo quería perder peso para verme mejor y ligar más mujeres. Fast forward muchos años después, esa motivación externa ha evolucionado no tan solo a algo interno, sino que forma parte de mi identidad y mi sistema de valores.
¿Qué quiero decir con esto? Que el hecho de que la motivación inicial sea externa o incluso superficial no necesariamente está destinado a fracasar si durante el camino evolucionamos a algo genuino.
¿Cuáles son tus prioridades?
Olvidemos la motivación por un momento.
¿Dónde te ves en 1 año?
¿Dónde te ves en 3 años? ¿5 años? ¿10?
Ahora quiero que te hagas una pregunta y seas 100% honesto contigo mismo.
¿El camino en el que estás hoy te lleva en esa dirección?
Sorprendentemente, a casi todas las personas a las que le hago esta pregunta las agarro fuera de base.
“En verdad no, pero yo me voy a poner pa’ eso ya”
“No brother, pero tú sabes… La vida es una”
…¡Precisamente! La vida es una, y debemos reconocer que el tiempo pasa volando, que la vida nos cambia en un instante y que lo único que tenemos por seguro es nuestra propia mortalidad.
Es tiempo de reflexionar y hacernos preguntas acerca de nuestras acciones, que son las que definen nuestras prioridades.
Cuando decimos que queremos algo y no hacemos mucho para conseguirlo, no es una prioridad sino un deseo.
Pon atención a tus acciones y empieza a hacerte preguntas. Haz este ejercicio con curiosidad y sin juzgarte. Si verdaderamente sientes que algo es prioridad para ti, nadie debe juzgar. El peligro está en caer en la trampa de tomar acciones que no van alineadas con nuestros propósitos reales.
A pesar de que estamos pasando por un momento difícil para todos, es un momento oportuno para alejarnos del ruido y conectar con nuestros propósitos y prioridades.
Honra tus prioridades.
Luego de definir nuestras prioridades, tenemos que crear una estructura que nos permita accionar de manera consistente en torno a éstas.
A partir de hoy estas 3 cosas serán tu mejor aliado:
Rutina: Todos necesitamos una estructura para mantenernos productivos. Una rutina no debe ser sobre- analizada ni obsesivamente detallada minuto por minuto. Mientras más rígida es mas probable que falles y la abandones por completo.
Lo que queremos, especialmente durante la cuarentena, es apegarnos a lo básico: Una hora específica para levantarnos, horas dedicadas a la productividad (trabajo, proyectos, nuevas habilidades, etc.) , horas dedicadas a entrenar o movernos de alguna manera, horas de relajarnos y bajar las revoluciones y hora de dormirnos. Adherirnos a esta estructura de manera religiosa.
Productividad: El peor enemigo de la productividad es la distracción. Algo que me resulta mucho es apagar las notificaciones y desconectarme del mundo exterior mientras hago tareas que requieran mucha concentración. Cuando siento que mi rendimiento va bajando, me tomo un break y luego continúo.
Sueño: No tenemos control total de qué tan rápido ni qué tan bien dormimos. Pero sí controlamos a qué hora nos vamos a la cama y a qué hora nos levantamos. Luego de hacer el esfuerzo inicial, te irás adaptando de manera natural a un patrón. Dormir 7-9 horas de calidad es lo mejor que puedes hacer para funcionar de manera óptima en absolutamente todo.
Disciplina > Motivación
Seamos honestos: la motivación es un sentimiento que viene y va. Algunos días nos sentimos llenos de energía y entusiasmo por hacer cualquier cosa, otros no sentimos el más mínimo deseo.
Esperar el momento en que nos sentimos motivados para tomar acción es una receta para no lograr absolutamente nada.
La disciplina es lo que hace la diferencia.
¿Nos sentíamos motivados para ir a clases todos los días? No, pero nuestros padres y la presión externa de un sistema nos obligaban.
¿Nos sentimos motivados para ir a trabajar todos los días ? Seamos honestos… Por más que disfrutes tu trabajo hay días en donde no estamos en eso. Sin embargo, el compromiso contigo mismo, con tus colaboradores, con tus clientes o el simple hecho de que te despidan hace que no cuestiones la idea de ir a trabajar.
Sin embargo, cuando hacemos algo en donde nadie espera nada de nosotros, no hay recompensa o no hay castigo, lo único que nos mantiene enfocados es la disciplina y una conexión real con nuestras prioridades.
Deja que la motivación te inspire, pero no confíes en ella para hacer el trabajo.
¡Hasta la próxima!
Hamid.-