Entrenar no es un castigo y la comida no es un premio.

Independientemente del método, si hay algo en lo que coincidimos todos los que estamos en este mundo del fitness es en la importancia de ejercitarnos y de una alimentación saludable. Y si estás leyendo esto, es porque ambas cosas son importantes para ti.

En mi trabajo tengo la oportunidad de ver todo tipo de personas. Desde los más motivados y disciplinados que alcanzan sus metas con cierta facilidad, hasta aquellos a los cuales la idea de entrenar les pesa más que un matrimonio forzado, y cuya alimentación es un desorden.

A simple vista, quienes forman parte del primer grupo (motivados + disciplinados) tienen el asunto resuelto. Pero no necesariamente es así -  la cantidad de personas que he visto llegar a una condición física envidiable y luego de unos meses han ganado peso nuevamente (a pesar de que continúan entrenando), es un número que llama mucho la atención.

Esto nos hace preguntarnos 2 cosas:

  1. ¿Por qué hay personas a las que les resulta tan difícil lograr resultados?

  2. ¿Por qué hay personas que les resulta difícil mantener los resultados?

Como en todo, la mejor manera de tener una respuesta es analizar los casos de éxito y aplicar un poco de ingeniería inversa. “Success leaves clues”

La comida no es un premio.

La comida no es un premio. Y si constantemente estás fantaseando con las cosas que no puedes comer, esperando con ansias ese “cheat meal” o como quieras llamarle, pues lo primero que debemos trabajar es el approach.

Muchos tienen la idea de que comer saludable es comer aburrido, y lamentablemente aún hay muchos “expertos” que fortalecen esa idea constantemente con prescripciones de dietas absurdas y sumamente restrictivas.

Comer saludable no es sinónimo de comer aburrido ni sin sabor. Es sinónimo de comer alimentos lo más cercano posible a su estado natural y no excedernos en las cantidades.

Esto nos deja un mar de opciones disponibles para ajustar la alimentación a nuestras preferencias. De igual manera, hay muchas formas de condimentar y cocinar sin que eétos pierdan sus propiedades o aporten calorías adicionales.

En lo personal, no recomiendo ni uso Cheat Meals con mis clientes. Eso le da una connotación negativa y refuerza la mentalidad que queremos cambiar. ¿Quieres comer algo fuera de las opciones que acostumbras? Hazlo con moderación, sin ningún tipo de culpa y regresa a tus hábitos de costumbre.

Crear esa anticipación y asociar salirnos de nuestra rutina como un gran evento en donde comemos como si fuera el último día, no tan solo le resta a la experiencia, sino que refuerza un patrón de mala relación con la comida.

Evita los extremos. Adopta hábitos que sean duraderos, pero para que eso sea posible debes contemplar que no eres un robot y en ocasiones vas a querer comer algo que no forma parte de tu día a día. Eso no es trampa; eso es ser realista.

El entrenamiento no es un castigo.

Es todo lo opuesto, es una oportunidad de expresar lo que podemos hacer con nuestro cuerpo y explorar nuestras capacidades.

El entrenamiento es algo que debemos disfrutar. Claramente, en momentos tendremos que salir de nuestra zona de confort por nuestro propio bien, pero la mayor parte del tiempo debe sentirse como algo que disfrutamos.

Al igual que con la comida, cada quien tiene sus preferencias. Algunos disfrutan los deportes en equipo, otros los deportes individuales, algunos les gusta entrenar bajo techo, otros prefieren entrenar al aire libre, a algunos les gusta el Yoga, a otros les gusta el Crossfit, algunos disfrutan hacer la mitad de las cosas que ya he mencionado, otros las disfrutan y hacen todas.

Incluso dentro de un mismo tipo de entrenamiento, la manera en que programamos la rutina hace una diferencia enorme en cómo percibimos el trabajo realizado. Esto último es un arte, y es algo que nos tomamos a pecho en BodyIgnition.

¿Qué tienen en común las personas que logran mantener su peso y % grasa bajo control de manera permanente?

Una buena relación con la comida, un entrenamiento consistente y, por lo tanto, un estilo de vida que ya forma parte de ellos.

Por lo que he observado a lo largo de los años y por mi propia experiencia, hay un momento dentro de nuestra maduración como atletas, apasionados del fitness o como quieran llamarle, en donde todo hace clic y aprendemos a reconocer qué nos funciona, qué nos hace sentir bien y qué nos hace sentir bien solo por cinco minutos.

Ese círculo vicioso en donde vemos la comida como un premio (que por default viene en forma de atracón) y luego vemos el entrenamiento como un castigo en donde la prioridad es quemar y compensar lo que comimos, es fatal. Nos crea una relación poco saludable con ambas actividades y nos pone en una posición en donde nos vemos estancados y frustrados.

Hay un mundo en el cual los Lunes no te sientes con culpa y con el estómago inflamado lleno de gases, en donde te sientes de ánimo para entrenar, en donde disfrutas constantemente de las cosas que puedes hacer con tu cuerpo y lo que se refleja cuando te ves en el espejo; en donde cada semana trae una satisfacción ya sea porque le estás pasando el rolo a tu entrenamiento o porque has encontrado una fuente de energía que desconocías.

Todo empieza rompiendo el círculo. Desde el momento en que vemos la comida como el combustible que le ponemos a nuestro vehículo (y queremos ponerle lo mejor, ¿verdad?) y el entrenamiento como una oportunidad de expresar lo que podemos hacer y mejorarnos una y otra vez.

¿Necesitas ayuda para romper el círculo?

Siéntete en la libertad de escribirme y con gusto te doy la orientación inicial que necesites o recibe el Coaching de BodyIgnition Nutrition con nuestro equipo.

Hasta la próxima.

Hamid.-

Hamid Yaryura