Holidays Survival Kit - Parte 2
La semana pasada, en la primera parte de esta serie de artículos, les compartí algunas estrategias para manejar las actividades que empiezan a surgir desde finales de noviembre y la cena de Thanksgiving.
Sin embargo, ya llegó Diciembre y ahora es que el asunto se pone bueno.
Bebiembre, perdón; Diciembre es un mes en donde el alcohol abunda aún más que el resto del año. Además de que una buena bebida es un regalo que nunca falla y es un “one size fits all”, en el ambiente laboral a nivel general todos estamos más relajados. Es una combinación perfecta para salir más temprano de la oficina, ir a divertirnos y ponernos al día con amigos y familiares, acostarnos más tarde, barajar el entrenamiento en la madrugada, llegar más tarde a la oficina y claramente barajar el entrenamiento en la tarde también para aprovechar el happy hour o no perdernos la chercha donde sea que se dé.
Cada quien vive la vida a su manera. Muchas personas llevan ese estilo de vida el año completo, no tan solo Diciembre. Quien es feliz así y no tiene ninguna queja, con toda la sinceridad del mundo lo respeto. Kudos!
AHORA… Quien vive su vida así y a la vez se queja de su físico, de su trabajo, de que no gana suficiente dinero o incluso de su pareja, tiene que revisarse.
Veo esta época como una oportunidad para “level up” y darle más atención a cosas que me interesan pero no dispongo el tiempo que quisiera el resto del año. Terminar ese libro, ponerme al día con los podcasts que me gustan, tomar algún curso online o incluso darle más duro a alguna educación en curso, darle mente a ideas y proyectos que quiero realizar el próximo año. En resumen, el tipo de cosas que verdaderamente te hacen crecer, en lugar de hacerme pajas mentales con resoluciones de año nuevo.
No me mal interpreten, yo no soy un nerd ni antisocial (bueno…tal vez un poco) ; a mí también me gusta salir y darme mi cherchita, tomarme mis tragos, fumarme un buen puro y todo eso. Pero al día siguiente me gusta sentirme productivo, poder entrenar y meter mano en lo que sea.
Y aquí vamos con el hack de esta semana: ¡EL ROMO!
Hack #2. El Alcohol.
Antes que nada, debo ser realista: esto no se trata de no tomar; más bien de cómo, cuándo y cuánto.
Desde el punto de vista de control de peso y bodyfat, el alcohol puede aportarnos muchas calorías adicionales a lo que comemos. Y es un arma de doble filo, porque además de todo, mientras más tomamos es más probable que se active el modo #YOLO #LAVIDAEPAGOZARLA #QUEMIMPOLTAMI y también nos comamos lo que sea que nos pongan en frente o se nos antoje.
Lo primero es que debemos administrar las ocasiones en las que tomamos. En lugar de tomar por el simple hecho de tomar, hacerlo cuando la ocasión verdaderamente lo amerite y le sume a la calidad del momento.
Lo segundo que debemos controlar es la cantidad.
Opción 1 (Para quienes trackean calorías): Considerar las calorías de los tragos que tomamos dentro de nuestra ingesta diaria. Esto nos limita de manera automática.
Opción 2 (Para quienes comen intuitivo): Limitarnos a 3-4 tragos aproximadamente. El sweet spot es sentir ese “buzz” y estado de relajación sin entrar en estado de embriaguez AKA Ajumao’.
… ¿Y cómo tú pretendes que me pase la noche entera con 3 trago aguao’?
Un truco que uso a menudo es tomar San Pellegrino con hielo y limón entre tragos (o cualquier otra agua con gas). Esto es un double win, porque además de mantenerme hidratado y contrarrestar los efectos del alcohol, da la impresión de que estoy tomando vodka o gin y me ahorra la presión social y el típico comentario “Y tú no va a beber?”
Por último, queremos mantener la alimentación lo más parecida a como regularmente comemos. Incluso aunque excedamos las calorías o porciones del día, hacerlo de manera estructurada y de buenas fuentes minimiza el impacto negativo.
¡Hasta la próxima semana!